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DOS TIPOS DE CONTROL

Muchas veces hemos oído frases como: “tengo miedo de perder el control”, “quiero saber (controlar) lo que él/ella está haciendo”, “querés controlarlo todo”, etc., etc. La idea de “control” a menudo se suele relacionar con cuestiones obsesivas o patológicas. Sin embargo es necesario hacer una distinción. A grandes rasgos habría dos tipos de control : El motivado por el MIEDO y el motivado por el DESEO. También podemos hablar de otra distinción más: el control desde lo inconsciente o automático y el control desde la consciencia o voluntad, cada uno de los cuales estaría regido por los respectivos anteriores. El control motivado por el miedo, usualmente lleva a que las posibilidades de que suceda aquello temido aumenten. Pues al enfocarse en eso y querer evitarlo, inconscientemente se alimentan los determinantes que posibilitan que ese miedo reproduzca circunstancias en la realidad exterior. Lo que sucede, es que se recrean patrones fijados de conducta en base a hechos que marcaron

¿POR QUÉ PARA SANAR ES NECESARIO SOLTAR LOS MIEDOS?

La cuestión sería la siguiente. Si partimos de la premisa de que somos libres, de que nos autogobernamos con libre albedrío, podemos deducir que somos creadores de nuestros cielos o infiernos. Es entonces que se debe hacer foco en que interpretemos de la mejor manera posible, y ésta es la que va en línea con nuestros objetivos. De modo que es necesario delinearse objetivos, no para evitar los miedos, sino para aceptarlos, quitar así la energía de los mismos y llevarla hacia donde nuestro deseo nos guíe. Pero no es un trabajo fácil; deben de hacerse conscientes las sombras que nos atormentan, debemos verlas, para enterarnos que no son reales, que no tienen más existencia que en nuestra mente, ya que el mecanismo del miedo real, no tiene por qué implicar la existencia de las ideas tan elaboradas que suscitan los temores. Es entonces que el material creativo de nuestras mentes debe usarse para construir, en línea con el deseo y no con el miedo, pues el miedo mismo es quien someterí

UNA EXTRAORDINARIA CREACIÓN

Su personalidad estaba compuesta por múltiples fragmentos. Innumerables estados de conciencia, ideas, aspiraciones, inquietudes, vivencias, emociones, vidas enteras en su haber, mezcladas de tal modo que un cierto número de piezas, en un determinado orden constituía su personalidad “exterior”. Sin embargo, cada aspecto de su personalidad estaba conectado con millones de aspectos de millones de personalidades. Es difícil saber cuáles de ellos accederían a su conciencia, a su idea de unidad independiente de tales cúmulos de información. También es difícil saber en qué radica su identidad, ya que la misma de algún modo estaba sostenida por todo su pasado, incluso aquel del cual, en apariencia, no tenía conocimiento alguno. Algo sucedió. Su ilusión de personalidad comenzó a causarle problemas. Las ideas elegidas para constituirlo comenzaron a obstruir el fluir de su vida… ¡Pero claro! Como no iba a estar estancada su existencia si no podía ver más allá de sus propias narices. Es por es

OTRA VEZ ANDRÉS

Andrés cerró la puerta del baño y se dirigió con paso lento hacia el sillón. Se sentó más bien en el borde y echó un vistazo rápido a la tele: seguía la misma película. Se cebó un mate, aburrido. A veces le daba la impresión de que no tenía sentido seguir pagando los canales porno. Tal vez se estuviese poniendo viejo o sólo un poco más sentimental, pero tenía la sospecha de que ya no eran como antes. Miraba la pantalla con la misma indiferencia con que podría ver un documental, mientras pensaba que si él fuese el director haría algo por mejorar los hilos argumentales. Claro que a la mayoría de las personas eso no les importaba, pero ya que hacen una película sería bueno que tenga una mínima coherencia. Al menos esa era su opinión. Se dio cuenta de que se le había rebalsado el mate y estaba mojando toda la mesa. Apoyó el termo y se quedó observando el agua. Había algo extraño en toda la situación, sólo que no conseguía descifrar qué era. Levantó su cuaderno de notas y lo sacudió un po

LA EXPERIENCIA DEL MIEDO

Me siento muy aislada de todo, sobre todo de mí misma Veo como mis miedos toman forma corpórea por momentos Siento que hay algo que no me deja avanzar pero no sé qué es Algo que me separa de los demás Es como un color muy grande y a la vez no es nada específico El miedo es una figura con una capa negra No tiene rostro por eso puede tomar distintas caras A veces lo veo cuando estoy sola En el fondo siento que quiere decirme algo Creo que mi mayor miedo Es que no sé si quiero saberlo Tal vez lo sé pero no soy consciente de eso? Ambas describen el mismo sentimiento ambas frases supongo Como si fuese algo oculto en mi, algo separado Me hace acordar a la alegoría de la caverna Por momentos me siento tan cerca Y a veces no veo más que sombras y no me animo a salir Por Florencia Pérez

LAS DOS CARAS

      Establezcamos algo. Es necesario diferenciar lo que es la mente de lo que es la vida. La vida quizás esté más allá de la mente y no es lo mismo usar la mente al servicio de la vida que la vida al servicio de la mente.     Cuando hablo de la mente me refiero al ego, a los condicionamientos aprendidos, vividos, o como haya sido que se generó cualquier idea a partir de la cual pienso algo. Ahora bien, sucede que la mente se resiste, quiere imponer sus puntos de vista, quiere permanecer inmóvil aunque haya ilusión de movimiento, quiere convencer a los demás de que tiene razón de que es así y así no es nada. Ni siquiera esto que escribo tal vez, ¿quién puede saberlo? No creo que sepamos nada… Aunque algunos saberes pueden servir de algo y esto que expreso tiene la finalidad (quizás no sea sólo una) de poder diferenciar, de poder ser consciente de quien está mandando cuando uno hace algo: ¿la vida o la mente?     Cuando hablo de “las dos caras” veo la imagen de un árbol o de u